Sismos en México. Septiembre de 2017. Algunas reflexiones
Estimada comunidad lectora de IMG en nuestra página Web y en Facebook. Con la tragedia que padece nuestro país con los sismos de este mes de septiembre. Incluimos la desgracia que sufrió recientemente Baja California Sur, principalmente en Los Cabos, con el paso del Huracán Lydia. Con la enorme tristeza que nos embarga la terrible pérdida de vidas humanas en varias Entidades Federativas incluyendo Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Morelos, Puebla, Estado de México, Guerrero y la Ciudad de México, principalmente. Desde luego, importa la pérdida del patrimonio como son las viviendas de miles de personas.
Siempre para nosotros el principal componente será el valor de la población, las gentes y sus regiones. Los valores de la sociedad en su cultura, en sus creencias, en su forma de convivencia y participación social y solidaria. Nuevamente la naturaleza nos pone a prueba. Como lo fue hace treinta y dos años, la respuesta de la población ha sido por demás sumamente importante y vital. Sin distinción de ningún tipo.
Pasarán posiblemente varias semanas para que la situación de emergencia pase a un estado de recuperación y de reconstrucción. En estos momentos, existe un estado de emergencia superlativa. México se reconstruirá con la participación de toda la sociedad. Estamos seguros de esto. Esperamos y exigimos que los recursos destinados del fondo de desastres naturales, más todas las recaudaciones que se logren reunir, lleguen a todos los damnificados. Somos solidarios con esta situación tan especial para muchos compatriotas.
Si ustedes nos permiten, deseamos hacer una breve reflexión sobre la etapa de reconstrucción…¿Qué pasará? ¿Qué acciones se deberán llevar a cabo para que se restablezca la vida cotidiana y las actividades en las principales localidades que han sufrido los embates de la naturaleza? ¿Qué pasará con las personas que perdieron su empleo debido al derrumbe del lugar dónde laboraban?
Deseamos hacer referencia a unos cuantos aspectos que ponemos a la consideración del público en general, especialistas, investigadores, académicos y sector gubernamental, principalmente. El primero está referido a las normas y reglamentos de construcción de casas habitacionales y multifamiliares, fraccionamientos, oficinas gubernamentales y de servicios, principalmente. Con la experiencia de los sismos de 1985, ya se vislumbraba un grave riesgo de autorizar edificaciones de más de dos pisos, sobre todo en la Ciudad de México, por la naturaleza lacustre y sísmica en la mayor parte de la zona urbana de esta ciudad.
Sin embargo, las normas de construcción permitieron desarrollos inmobiliarios de grandes rascacielos bajo el argumento de contar con especificaciones de arquitectura y de ingeniería para resistir sismos de gran magnitud. Y es así que se autorizaron desarrollos inmobiliarios por todos los rumbos de la Ciudad de México. Otro argumento en la construcción de estos desarrollos inmobiliarios estuvo asociado con el crecimiento demográfico de la ciudad; ahora, se requiere crecer hacia arriba; ya se saturó el crecimiento horizontal de la ciudad; se llegó a un límite. Las oficinas gubernamentales, de servicios e inmobiliarias requirieron de espacios verticales más que horizontales. Este es un tema de análisis fundamental y vital para la Ciudad de México y demás áreas afectadas. Autoridades federales, estales y locales, urbanistas y planificadores, atiendan de manera responsable este aspecto de sobreviviencia!!!. Se considera que los programas de vivienda multifamiliares, condominios, oficinas gubernamentales y de servicios deberán construirse en una sola planta con diseños arquitectónicos que tomen en cuenta el factor de alto riesgo que implica para las personas que habitarán estos complejos urbanos. Necesariamente deberán construirse con el más alto índice de seguridad y confort.
Ahora, ponemos por encima de toda norma y reglamento de construcción el daño y efecto psicológico para aquellas personas que trabajan o viven en edificios de cualquier tipo que sufrieron el embate de estos sismos. Algunos dirán, ya pasará el susto, nuevamente, con el paso de los años se acostumbrarán a vivir en edificios altos, tal y como pasó después de los sismos de 1985.
En términos de normatividad de construcción en zonas urbanas y sísmicas se deberá considerar este factor humano y psicológico. Ahora, con el efecto de los sismos recientes, hay un cambio de percepción psicológica en las personas. ¿Se debe modificar la normativa de construcción adecuando el perfil psicológico de acuerdo con la percepción de las personas que habitarán una determinada edificación? Los desarrolladores inmobiliarios, planificadores y urbanistas deberán necesariamente que atender esta cuestión. Debe de establecerse un cambio en cuanto al actuar de las autoridades que otorgan los permisos y concesiones en este tipo de desarrollos y por otro lado, la ciudadanía deberá vigilar y supervisar de manera muy estrecha este aspecto de desarrollos urbanos inmobiliarios. Ninguna catástrofe más para la Ciudad de México!!! Para los que vivimos en la Ciudad de México y áreas conurbadas, así como también otras grandes ciudades con el mismo riesgo, desde las más pequeñas localidades, ciudades medias que tienen alto riesgo sísmico ya no debemos permitir que se repitan este tipo de tragedias. Todos nosotros debemos de ser participes. Se deberán construir edificaciones que garanticen la seguridad de las personas, con un sentido humano. Que las construcciones no sean trampas mortales, ante futuros escenarios como los que acaban de ocurrir. Ya no más!!!
En edificaciones antiguas deberá establecerse una supervisión estrecha en su estado estructural y reforzarlas en caso que presenten algún daño. Deberá exigirse garantía de todo tipo.
Otra consideración se refiere a los lugares donde sea factible construir determinado tipo de edificaciones: obras civiles, obra pública, infraestructura (por ejemplo, el segundo piso de la autopista urbana en la Ciudad de México). Cabe hacer mención los desastres ocurridos a este tipo de infraestructura en los sismos de Kobe, Japón y de San Francisco, EUA. Son ejemplos muy concretos de lo que puede pasar cuando la naturaleza rebasa toda norma de construcción. ¿Qué tipo de construcción para cualquier fin es más viable para el caso de la Ciudad de México dependiendo la naturaleza del terreno? La propia naturaleza ya nos demostró qué puede pasar. Imaginemos un sismo de mayor magnitud al que ocurrió hace unos días.
Otro tercer tema se refiere a la descentralización planificada de la Ciudad de México. ¿Es factible descentralizar la Ciudad de México? Ya hubo un intento a raíz de los sismos de 1985. Aceptemos que, desde hace varios años, la Ciudad de México ya no es sustentable, ni redituable por los costos económicos, sociales y ecológicos que implica su mantenimiento. La Ciudad de México, históricamente ha recibido a millones de habitantes de distintos lugares de la República e incluso de varias partes del Mundo. Seamos conscientes de esta realidad. La Ciudad de México es bastante cosmopolita y ya dio de si hace muchos años.
Reflexionemos todos al respecto. Con los efectos de los sismos se llevarán a cabo movimientos migratorios muy importantes. Lo más adecuado será planificar de la mejor manera la migración de personas que se genere a raíz de los sismos. Necesitamos modificar una gran parte de los patrones de asentamientos humanos, de convivencia y de desarrollo en todos los niveles de localidades: desde rancherías, pueblos, ciudades medias y grandes ciudades. Será motivo de grandes decisiones. Se convoca a todos los sectores del país a coadyuvar en esta gran tarea. Es una oportunidad de reconstruir al país, a México. No desaprovechemos esta oportunidad!!! Algo se deberá de realizar. Ustedes, estimados lectores podrán aportar valiosas ideas al respecto. Los sismos recientes nos dan un aviso muy importante.